Lo amé…

Un discurso hasta dondé sé, de Chales Chaplin. Magnífico

Rabieta

¿Por qué me cuesta tanto trabajo que me importes un carajo? ¿Por qué no puedo simplemente borrarte? ¿Por qué no puedo odiarte aun a sabiendas de que no sientes absolutamente nada por mí?  

Esas son las razones por las que una se arranca el corazón, lo deja secar al sol, lo vuelve polvo y se lo come. Con el objetivo final de sentir con las vísceras, de cambiar el amor a su sentido opuesto, para que todo este proceso duela menos y que nunca, nadie más, pueda jamás volver a enamorarte de la misma maldita y pútrida manera.