Archivos Mensuales: agosto 2011

donde estoy…

Me paro frente al cubículo de trabajo y aunque deposito con cuidado la columna de libros que aprieto contra el pecho, el silencio sepulcral de la biblioteca me hace parecer escandalosa. Me siento el centro de las miradas y no sé si es por ser ajena a la escuela o porque simplemente siempre luzco diferente al resto… como venida de otro lugar u otro tiempo.
Me siento feliz. Digan cómo me digan, el olor a papeles viejos, la quietud, el cúmulo de libros, los ligeros murmullos, el sonido de las hojas de los lectores que dan vuelta en sus lecturas, todo, TODO, me hace sentir en casa. Me trae recuerdos de infancia y revivo la cantidad de historias que imaginaba con el simple tomar un libro y ver el título en la pasta. Vuelvo a imaginar los tentáculos, hadas, duendes, garfios, sogas y etcéteras que salían de entre las repisas invitándome a abrir de par en par los textos para sumergirme en esos mundos tan alejados del mío y mis dudas y preocupaciones se disipan. Vuelvo a mi hogar, a mis amigos, a la tranquila soledad de todos los lectores que como yo, encuentran la mejor compañía en un tomo de cualquier editorial.
Aquel que tuviera la habilidad de ver los pensamientos del otro, encontraría al asomarse a mi espacio, un usuario del cual solo se ven las manos tecleando apoyadas sobre un teclado apenas visible entre la cantidad de guías de plantas, enredaderas y flores. Un pequeño campo verde sobre la mesa, donde retozarían cantidad de pequeños animales; vería volar mariposas tornasoles y escucharía aves invisibles. Tal vez tendría la oportunidad de ver los diminutos seres traslúcidos que emergen de las hojas y que sigilosos juguetean entre las gotas de rocío y, si ese día tuviera suerte, tal vez, sólo tal vez, podría entrar a mi cubículo para ser sepultado entre las flores.
Hoy es un día genial…

Va de nuevo!

Hace tiempo, decidí dejar de escribir al darme cuenta del riesgo que corría por no limitar mi franqueza al expresarme en un blog, pero los tiempos han cambiado, y sobre todo, he cambiado yo. Apenas ha pasado un poco más de un año, pero cuando leo lo poco que llegué a escribir, percibo a una personita que obviamente seguirá estando en parte de mi esencia, pero que a raíz de muchos acontecimientos (de los cuales tal vez hable después… pero sin prometer nada) se fue transformando y quiero pensar que ha ido evolucionando a un ser mucho más seguro de que escribirá lo que le dé la gana, le pese a quien le pese y repercuta como sea que repercuta.
De manera que aquí está el campo abierto para la expresión. De ahora en adelante les dejo mi alma sin coraza en este espacio.
De corazón, palabra y pensamiento… ¡ahí les voy!