Archivos Mensuales: marzo 2012

Hoy….

Le llamé al presente y no tuvo muchos ánimos de estar conmigo, así que hoy en mi caminata vespertina llevé de acompañantes una sarta de recuerdos, me encontré con varias caras y uno que otro edificio de mi pasado y no pude evitar que trajeran consigo a la nostalgia y su re-cabrona amiga la tristeza (nótese que me cae bastante mal).
Hay días que es duro corroborar que como siempre (o tal vez debería decir como nunca) soy esa pieza del rompecabezas en la caja equivocada.
“No sé si quiero que seas quien arme mi cubo de colores” me dijo un recuerdo. “Tengo que tener cuidado contigo…”,  “No te voy a hacer nada”, “¿Qué más puedo esperar de ti?”, “Confía en mí”, “Morirás sola”, “te amo”….
Prefiero recurrir a la amnesia selectiva, seguir caminando.
… y sonreír.

La balada del amor tardío

Amor que llegas tarde,
tráeme al menos la paz:
Amor de atardecer, ¿por qué extraviado
camino llegas a mi soledad?

Amor que me has buscado sin buscarte,
no sé qué vale más:
la palabra que vas a decirme
o la que yo no digo ya…

Amor… ¿No sientes frío? Soy la luna:
Tengo la muerte blanca y la verdad
lejana… -No me des tus rosas frescas;
soy grave para rosas. Dame el mar…

Amor que llegas tarde, no me viste
ayer cuando cantaba en el trigal…
Amor de mi silencio y mi cansancio,
hoy no me hagas llorar.

de plano:::


¿soy tan difícil de tratar?

Pasaba por aquí

Sólo quiero compartir unas frases que me parecieron geniales 🙂

No me importa saber si un animal puede razonar. Sólo sé que es capaz de sufrir y por ello lo considero mi prójimo.» – Albert Schweitzer

«Llegará un día en que los hombres como yo, verán el asesinato de un animal como ahora ven el de un hombre…»
Leonardo da Vinci.

El hombre es el único animal que come sin tener hambre, bebe sin tener sed y habla sin tener nada que decir.
Mark Twain

too much?

Me dijeron que mi blog ya era too much grinchy…. así que ahí les va una imagen un poquito más amable. Es un artista que encontré en la página de devianart y me encantó.
Está por el pseudónimo de loopydave 🙂
Buen día!

Ojalá pudiera recordar si acaso he muerto en alguna ocasión…

Y es que me gustaría poder creer en algo, en la vida después de o en el fin de toda tu historia una vez que tu cuerpo se apaga, pero cómo no tengo la certeza de ninguna de las dos cosas, no puedo creer fielmente en nada. Creo en lo que experimento, lo que he vivido y constatado de alguna manera, así que desgraciadamente no puedo creer en nada de lo que pase posterior a la muerte. Sé de la vida, porque la vivo y de la muerte siempre llevo la intriga.
Pero de cualquier manera, sin saber exactamente por qué, he ido perdiendo el asombro cuando escucho “murió tal persona” y veo las caras de temor, dolor, consternación. Por educación normalmente les imito, porque creo que terminaré acribillada si salgo con un “¿y qué?” por respuesta, así que me guardo mis conceptos de la muerte para mí y les dejo sufrir a sus anchas.
Pero siempre he pensado que la muerte del otro no es lo que nos duele. Nos llega a doler la idea de perder lo poseído (porque hay que reconocer que luego creemos poseer a la gente: mi primo, mi amigo, bla bla bla) y nos agobia la idea de que no podremos tenerle a un lado, o contar con su presencia para lo que gusten o manden. También nos duele la idea de pensar que la muerte anda cerca, que tal vez seamos los próximos, o que si ya murió alguien de nuestra generación nos estamos volviendo propensos a lo mismo. Tal vez hasta nos duele la consciencia “debí decirle, debí verle, debí, debí y no lo hice”. Pero si razonamos un poco, a final de cuentas nos duele la manera en que esa muerte nos afecta A NOSOTROS. Qué egoístas ¿no?
Aunque tal vez esté siendo cruel, tal vez la egoísta soy yo, tal vez ustedes sí sienten dolor por una muerte ajena, aunque debo reconocer que no entiendo ese concepto, porque para sentir eso se debe ser empático y dudo que alguien tenga la certeza de lo que siente el muerto ¿o sí? Y si me dicen que sufren porque el fallecido sufrió mucho, lo que les entristece es su agonía (lo cual sí comprendo), pero no se dan cuenta que ese cuerpo postrado en el ataúd ya no siente dolor ¿o sí siente?
Espero no ofender a nadie, no es ese mi afán. Sólo quiero expresar mi confusión por el hecho de haber recibido hoy la noticia de dos muertes y no haber sentido nada. ¿Debí sentir algo? Lo primero que pienso es en preocuparme por quienes están en el entorno, ya que no faltan los que se sienten muy afectados y son ellos quienes desde mi punto de vista requieren mayor atención, porque obvio los queremos seguir viendo vivos y hay que mantenerse alerta para que no se agraven .
Así que la única vida después de la muerte en la cual creo fielmente, es en aquella que existe en el legado que se deja al mundo, lo cual crea una gran responsabilidad en cada uno, ya que nos debemos preguntar ¿Cómo es el mundo que estoy dejando? ¿Qué aporté para que los que se quedan estén bien? ¿Cuál fue la influencia que ejercí en mi entorno? Y si la respuesta que nos da el alma es satisfactoria, entonces permitirnos morir plácidamente, lo que pase después, vendrá por añadidura.

¿A poco no se sienten así de vez en cuando?

Se vale soñar…

Por alguna extraña razón estuve pensando toda la tarde en las relaciones sentimentales de mis alumnos y no dejo de sorprenderme de lo complicadas que son a tan corta edad. Cuando yo tenía sus años aún no tenía novio, ni me interesaba tenerlo (siempre fui muy floja con esas cosas), es más, aún me preguntaba y soñaba con el primer beso, que atesoraba para entregar a la persona correcta y en el momento correcto.
Y justo estaba en ese pensamiento, cuando uno de los recuerdos más bellos y tal vez más sencillo, llegó a mi mente y me enterneció.
Entre las cosas que siempre soñé para mí, se encontraba un hombre que a pesar de este mundo decadente, se portara como todo un caballero (pobre ilusa) y mejor aún, que tuviera el detalle de besarme las manos, lo cual era la parte más romántica para mi (cursi y terriblemente meloso, pero así era). Sin embargo, la parte triste es que siendo obesa, mis sueños parecían tornarse más lejanos e imposibles con el tiempo.
Un día, estábamos mi familia y yo en la central de autobuses, recibiendo a un familiar que llegaba de vacaciones. Yo observaba cómo bajaban las maletas y esperaba que bajaran los pasajeros, mientras mi familia se ocupaba de luchar contra la muchedumbre amontonada alrededor del autobús para encontrar su equipaje. La gente se movía de aquí para allá, estresada tal vez por el largo viaje, la emoción de encontrarse con los suyos, tal vez hambrienta, que se yo, pero yo simplemente observaba desde una distancia prudente donde no estorbara el paso.
De pronto, de entre la gente apareció un jovencito que aparentaba cuando mucho un nivel económico medio-bajo, despeinado, ligeramente más alto que yo, caminó hacia mí y antes de que pudiera reaccionar, había tomado mi mano derecha y me veía fijamente a los ojos para decir “¡eres hermosa!” y posteriormente inclinarse y besar mi mano.
Había sido todo tan inesperado, tan repentino, que no pude decir nada. Él soltó mi mano, me dio la espalda y siguió su camino entre la gente hasta perderse de mi vista, llevándose mi primer beso, cumpliendo mi sueño de haber sido besada por un verdadero caballero. ¿Sería sólo una broma?, ¿Habría estado demente cómo para verme hermosa?, ¿Sería un impulso de verdadero gusto?, no lo sé y honestamente prefiero no seguir cuestionando. Prefiero quedarme con ese gusto a cuento de hadas en mis recuerdos, porque no a cualquiera se le cumplen ese tipo de deseos.
No dejen de soñar, tal vez un día de estos, inesperadamente, todo se vuelva realidad 😉

um….

 

 

Tenía la intensión de escribir en día bisiesto, pero a pesar de que tengo mucho de qué hablar y he pensado en varios temas para mi siguiente publicación, temo reconocer que hoy no tuve inspiración. Qué pena…